Una de las comarcas más atractivas por el entorno natural montañoso que conforman los Picos de Europa y los encantadores pueblos rurales es Liébana con su capital en Potes.
La especial orografía y microclima de la zona permiten cultivar con sorprendente éxito verduras, frutas y legumbres.
Se dan generosamente las setas y los caracoles y existe una importante industria artesana de producción de quesos de gran calidad con denominación de origen (como el queso picón Bejes-Tresviso o los quesucos). Son también conocidos sus jamones curados al frío y sus embutidos.
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Los protagonistas de la mesa lebaniega son sin duda los quesos y el cocido lebaniego que, pese a su contundencia, tiene seguidores durante todo el año.
Como postres conviene probar la miel y los dulces caseros de la zona.
Y para comidas indigestas el té de los puertos de Aliva con orujo.
Todos estos productos pueden adquirirse en el tradicional mercado de Potes de los lunes, así como en las tiendas y bares del valle.
Mención aparte merece al aguardiente de orujo y sus muchas variantes que han dado lugar a una de las celebraciones más atractivas de la región, la Fiesta del Orujo, que tiene lugar el segundo fin de semana de noviembre en Potes.
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Esta festividad consiste en la degustación del orujo que se produce en la comarca, acompañado de música tradicional, mercados populares, participación de famosos y concursos.
La producción de orujo lebaniego se remonta a la cosecha de viñedos en los monasterios en la Alta Edad Media.
Cada año se galardonan a uno o varios personajes como "orujeros mayores", encargados de leer el pregón y participar activamente en el festival con charlas y sobre todo con el encendido de las alquitaras.
Además, se otorga la "Alquitara de Oro" a la marca que ha producido mejor orujo del año.
La música, el folclore, las tradiciones, el buen comer y beber, se convierten en una disculpa perfecta para la convivencia, en este entorno de incomparable belleza.
Este evento atrae cada año a miles de personas para revivir la tradición centenaria de la destilación del orujo en las tradicionales alquitaras de cobre.
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La fiesta del orujo se instauró en 1984, aunque durante nueve años (entre 1985 y 1994) estuvo prohibida, al igual que la destilación casera o con alquitaras móviles.
Así, todas las alquitaras fueron precintadas y sólo podían fabricar licor aquellos orujeros legalmente inscritos como fabricantes.
En 1994, esta prohibición se abolió únicamente para la Fiesta del Orujo. Todos los años, los inspectores se trasladan a Potes donde proceden al desprecintado de las alquitaras que participan en el evento y su posterior precintado una vez finalizada la fiesta.
Todo el orujo que se obtiene durante la Fiesta debe ser consumido en el momento y no se puede comercializar.
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